Migrantes rescatan a una persona en la inmediaciones del Rio
Bravo en Matamoros estado de Tamaulipas (México). Migrantes salvaron este
miércoles a un venezolano que estuvo a punto de ahogarse en el río Bravo, en el
límite con Estados Unidos, en un hecho que refleja la creciente desesperación
en la frontera norte de México en la nueva oleada migratoria. EFE/Abraham
Pineda-Jacome
Migrantes salvaron este miércoles a un venezolano que estuvo
a punto de ahogarse en el río Bravo, en el límite con Estados Unidos, en un
hecho que refleja la creciente desesperación en la frontera norte de México en
la nueva oleada migratoria.
En Matamoros, en la frontera del estado mexicano de
Tamaulipas con Texas, una familia de venezolanos cruzó las vallas del lado
mexicano y se lanzó al caudal para cruzar a Estados Unidos, pero en el trayecto
Dagniel Pérez, de 20 años de edad, se enredó en el lirio acuático.
Aunque pedía auxilio, sus parientes ya estaban del lado
estadounidense, por lo que no pudieron intervenir.
Un compatriota de Dagniel, habitante de un campamento que
han establecido los migrantes, se arrojó al río para arrastrarlo a Matamoros,
donde solicitó asistencia de la Cruz Roja para que le brindasen primeros
auxilios.
Dagniel permaneció recostado hasta que llegaron los
paramédicos para trasladarlo al Hospital General.
“Choqué con la rama y ahí quedé, ya no pude salir, me tocó
devolverme y me ayudaron”, expresó.
Venezolano estable
De acuerdo con el reporte del director médico de la Cruz
Roja en Matamoros, José Arturo Sibaja Perales, el migrante está estable y
recibirá un tratamiento por la cantidad de agua contaminada que ingirió durante
el incidente.
El hecho ocurre mientras México y Centroamérica afrontan un
flujo migratorio «sin precedentes» hacia Norteamérica, según la Organización
Internacional de las Migraciones (OIM), con hasta 10.000 migrantes que llegan a
diario a la frontera con Estados Unidos, de acuerdo con el presidente Andrés
Manuel López Obrador.
Informes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos,
revelan que interceptaron a 5.578 migrantes tan solo el fin de semana pasado en
la región fronteriza, producto de la impaciencia que existe entre la comunidad
que espera una cita para pedir asilo.
Los migrantes contemplan a diarios los riesgos de nadar por
el río Bravo para traspasar los límites y pisar suelo estadounidense.
“Es desesperante que si estás en la recta final de alcanzar
el sueño americano, te digan que te van a devolver a tu país. Por eso estamos
cruzando así, arriesgando nuestras vidas”, argumentó la venezolana Wendy
Mujica.
En el lado mexicano, funcionarios del Instituto Nacional de
Migración (INM) han instalado barreras de fierro para frenar el problema,
mientras que en Estados Unidos existen kilómetros de alambrada con púas para
obstaculizar el libre tránsito.
Fuente:EFE
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