La industria de cigarrillos en Venezuela, junto con las autoridades, libra una batalla contra el contrabando, su principal competidor, que llegó a conquistar un máximo del 44 % del mercado nacional hace un año, según estimaciones independientes, lo que tuvo repercusiones en las empresas y en los ingresos del Estado.
Gracias a estrategias comerciales y operativos contra esa
actividad ilícita, el país logró reducir 12 puntos el porcentaje, a un promedio
del 32 % en todo el territorio, según la más reciente medición de Cigarrera
Bigott, realizada a finales de 2023.
Sin embargo, en el estado Zulia (noroeste), fronterizo con
Colombia, el más afectado por la entrada ilegal de cigarrillos, la cifra subió
dos puntos en ese período, hasta el 92 %.
El dominio del contrabando en esa región se constata en el
mercado popular conocido como ‘Las pulgas’, el más grande de Zulia, una suerte
de centro de acopio de distintas mercancías ‘contrabandeadas’, que luego son
distribuidas.
Allí, torres de cajetillas de diversas marcas se elevan a
ambos lados de un pasillo, y la mayoría son colombianas.
Un negocio al margen de la ley
Algunos vendedores explicaron a EFE que los cigarrillos se
compran en Maicao, en el departamento colombiano de La Guajira (norte),
fronterizo con Zulia, y desde ahí se transportan en valijas o dentro de la
ropa, principalmente, hasta ‘Las pulgas’, a donde, incluso, puede llegar un
camión con cajas de cigarros del país andino.
En este espacio, una marca venezolana cuesta 3 dólares,
mientras que una colombiana de contrabando menos de un dólar, por lo que esta
se vende más que la nacional, de acuerdo con los vendedores, quienes ganan de 5
a 10 dólares por cada caja de 10 cajetillas adquirida en la nación vecina.
De acuerdo con cálculos de Bigott, miembro del grupo British
American Tobacco, el Estado venezolano pierde más de 200 millones de dólares
anuales en recaudación de impuestos a causa del contrabando de esos productos.
La ley establece que el sector debe pagar un impuesto del 70
% sobre el precio de venta al público, por lo que, según dijo a EFE el director
de Asuntos Corporativos de Bigott, Miguel Ángel Benzo, de 20 unidades que
contiene una cajetilla, 14 se van en el pago de este tributo.
Repercusiones
Como consecuencia del contrabando, Bigott tuvo que llevar a
cabo «fuertes reestructuraciones» para tratar de adecuar el negocio al tamaño
del mercado, además de cerrar un turno de trabajo y hacer un recorte de
personal.
«El ilícito nos ha llegado a costar muchísimo a nivel de tamaño de compañía», aseguró Benzo.
La producción empezó a caer por el contrabando en 2017,
cuando bajó un 3,8 % respecto al año anterior a ese, al pasar de 7,7 billones
de cigarrillos a 7,4 billones, y mantuvo la reducción hasta tocar suelo en
2019, con unos 3,5 billones.
Desde entonces, la empresa ha logrado incrementar su
producción, hasta alcanzar los 5 billones el año pasado, un 25 % más respecto
al anterior, y hoy trabaja por encima del 90 % de su capacidad instalada.
El contrabando también ha sido, «definitivamente», una de
las causas del «deterioro de la situación en los últimos años» para Philip
Morris International (PMI) en Venezuela, según dijo a EFE el director de
comunicaciones de esta compañía en EE.UU., Corey Henry.
«Es bien sabido que el contrabando genera un fuerte impacto en
la industria legal a pesar de nuestro esfuerzo y compromiso por
contrarrestarlo», aseguró.
Señaló que la planta en el país caribeño «ha operado
significativamente por debajo de su capacidad instalada durante los últimos
cinco años, y esto se ha traducido en pérdidas significativas y en el deterioro
progresivo de su viabilidad operativa».
Por tanto, en febrero, PMI decidió «rediseñar completamente»
su «forma de operar en Venezuela», lo que «incluye un cambio completo» en sus
procesos de producción y comercialización, explicó Henry, quien aseguró que,
entretanto, analizan la manera en que pueden seguir atendiendo este mercado «en
los próximos meses».
Lucha anticontrabando
Para hacer frente al contrabando, Bigott diseñó estrategias
comerciales, entre ellas el relanzamiento, el año pasado, de una marca en Zulia
a un precio «lo más competitivo posible contra el ilícito», con lo que la
empresa espera recuperar el mercado perdido en este estado, en una lucha que
cuenta con el apoyo de las autoridades.
«Estamos viendo constantes incautaciones y fiscalizaciones
por parte de las autoridades», señaló Benzo.
Efectivos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB)
incautaron este mes en Zulia un total de 870.000 cigarrillos y detuvieron al
ciudadano que los transportaba en un vehículo.
Además, las autoridades llevan a cabo un plan denominado
‘Mano de hierro’ para castigar a las «mafias» que se dedican al contrabando.
Fuente:EFE