Han pasado 46 años desde que concursó en el Miss Venezuela, el máximo certamen de belleza dela país.
En 1978 participó en el certamen de belleza Miss Venezuela y
logró obtener la banda de Miss Amistad
Han pasado 46 años desde que concursó en el Miss Venezuela,
el máximo certamen de belleza dela país. Hoy la piel de Isabel Martínez, con 66
años, se le pega a los huesos. Su delgadez ya no es con el interés de medidas
perfectas para concursar. En este momento, la razón es que ya no come tres
veces al día.
Así es la realidad de quien fue Miss Zulia en 1978, y se llevó la banda de Miss Amistad, cuenta un trabajo publicado por el portal El Pitazo.
“Tengo una debilidad ahorita. No es baja de azúcar. Estoy
débil por falta de comida”, confiesa la ex miss.
Su cabello está cubierto de canas, un bastón la ayuda a
caminar, no usa zapatos de tacón y su ropa está muy usada, que se nota en los
colores desgastados, reseñan.
Se alimenta de la misericordia y de la calle
Sus compañeros de La Mesa de la Misericordia, en Maracaibo,
le dicen la miss. Forma parte de las 190 personas censadas en ese comedor
social que se mantiene gracias al aporte de voluntarios que donan cada
miércoles el almuerzo a los ancianos y personas con discapacidad que se
congregan en el garaje de la iglesia Padre Claret de la capital zuliana.
Pero incluso alimentarse debe ser todos los días, por lo
cual a veces tiene que salir a la misma calle para poder comer.
“A veces pido en la calle, unos me dan pan, otros me dan
vegetales”, expresa.
“La gente está recogiendo de la basura de nuevo. Yo también.
A veces hay cosas buenas que se pueden comer. A veces te tiran una bolsa y
buscas y hay limones que se pueden usar, cebollas”, agrega.
Cambio de realidad
Pero Isabel no siempre fue pobre. Es la cuarta de cinco
hermanos, pero vive sola en un apartamento de un viejo edificio cercano a una
de las principales avenidas de Maracaibo. Entre los años 70, 80 y 90, su
familia tenía condiciones económicas privilegiadas y eso le permitió estudiar
inglés y diseño de modas en Estados Unidos, cuenta El Pitazo.
Sus padres tenían haciendas y fallecieron entre 1999 y 2001.
Una década después comenzaron sus carencias y desde 2017 desfila por las calles
en busca de algo para comer.
Hoy no tiene fortuna y sus ingresos económicos son solo los
130 bolívares de la pensión del Seguro Social y los 1.098 bolívares del bono de
Guerra Económica.
“Con eso lo que compro es un pollo, latas de sardinas.
Cuando se me acaban los bonos, vengo a los comedores”, explica.