El soldado Dmitri Málishev volvió a su natal región de
Volgogrado, en el sur de Rusia, tras luchar seis meses en Ucrania. Es uno de
los alrededor de 150.000 presos que el gobierno de Vladimir Putin reclutó de
las cárceles para luchar en la guerra a cambio de un indulto.
Unos 50.000 de ellos ya volvieron al país como “héroes de
guerra”. Hoy Málishev vive tranquilo en su antigua casa. Pero el temor crece
entre los vecinos. ¿El motivo? Se lo conoce como “El caníbal de Volgogrado”.
Hace 10 años fue condenado a 25 años de prisión tras asesinar a un conocido y
comer el corazón de la víctima tras freírlo en una sartén. Incluso, filmó todo
el proceso.
Hoy, camina libre por su pueblo. “Sí, regresó tras ser
herido. Hablé con él personalmente. Tiene problemas en la mandíbula, una
esquirla en el brazo. Parece que está bajo tratamiento médico. Lo vi en una
tienda y nos saludamos”, contó al sitio V1.ru el alcalde local, Fiódor Kadoba,
citado por EFE.
Crece el temor por el regreso de decenas de miles de presos
rusos tras luchar en Ucrania
Los vecinos tienen miedo por los terribles antecedentes de
este criminal indultado por Putin. De hecho, Málishev debía cumplir su condena
en una cárcel de alta seguridad. Es un fenómeno que se repite en toda Rusia.
“Debemos actuar sin demoras. No se puede permitir que se repitan pesadillas
como esta. Nuestros hijos merecen una vida segura y protección ante criminales
despiadados”, alertó la diputada rusa Nina Ostánina.
En los dos últimos años, unas 50 personas fueron asesinadas
por veteranos de guerra reclutados de las cárceles rusas, según el portal digital
independiente Viorstka.
La mayoría de los crímenes están vinculados al consumo de bebidas
alcohólicas y afectan a familiares y vecinos.
Yury Borovskikh, presidente de la junta directiva de la
filial berlinesa de la ONG “Russia Behind The Bars” (”Rusia detrás de las
Rejas”), dijo a TN que “es difícil precisar el número exacto de prisioneros que
fueron a la guerra y los que ya regresaron, ya que no hay estadísticas
oficiales publicadas”.
Según comentó, el fallecido jefe del mercenario Grupo
Wagner, Yevgueni Prigozhin, “reclutó a 50.000 prisioneros y más de 100.000
fueron alistados por el Ministerio de Defensa. Alrededor de 50.000 presos
fueron indultados y ahora están en libertad”, prosiguió.
“Los rusos no están realmente contentos con el regreso de
estas personas, especialmente los familiares de sus víctimas, aun cuando todos
ellos son llamados ´héroes de la Operación Militar Especial´”, como se conoce a
la invasión rusa a Ucrania, dijo Borovskikh, cuya ONG brinda asistencia legal y
humanitaria a detenidos.
Sin embargo, nadie se queja. “No escuchamos (y no creo que
escuchemos) ninguna voz de protesta, ya que no se permiten. En el peor de los
casos, el que proteste puede ser víctima de un proceso penal por ´desacreditar
a las Fuerzas Armadas rusas´”, advirtió.
Según Borovskikh, “hay muchos casos confirmados de violencia
por parte de ex prisioneros/soldados. Estoy seguro de que hay muchos más de los
que sabemos por los medios (la mayoría reconocidos como ´agentes extranjeros´
en Rusia). Creo que el número de estos casos aumentará en un futuro próximo”,
indicó.
Vladimir Putin quiere reclutar ahora a los rusos que
enfrentan procesos penales
Pero el Kremlin necesita más soldados para enviar a Ucrania
y no hay nada que frene al intento de reclutar más “carne de cañón” para el
frente de batalla.
Este mes, la Cámara Baja del Parlamento ruso (Duma), aprobó
una ley que permitirá a los procesados en pleno juicio firmar un contrato con
el ejército a cambio de que la imputación sea archivada de inmediato.
Además, los candidatos son seducidos por salarios elevados
(de unos 3000 dólares mensuales), honores, ventajas sociales y la libertad.
Pero a cambio deben ir a la primera línea de combate.
La situación es cada vez más preocupante. La relatora de la
ONU sobre los derechos humanos en Rusia, Mariana Katzarova, estimó que 170.000
presos rusos fueron enviados a la guerra. Según dijo, están aumento los
crímenes cometidos por estos detenidos al volver a su país.