Esta condena poco usual mantiene la culpabilidad pero no implica condena a cárcel, multa o libertad condicional.
Tras una sentencia sin precedentes, Trump será el primer
presidente electo catalogado formalmente como delincuente convicto en llegar a
la Casa Blanca.
Donald Trump fue condenado este viernes por el caso de la
exactriz de cine porno Stormy Daniels en una sentencia simbólica aunque
histórica que no implica cárcel ni multa. No obstante, el presidente electo
será el primer delincuente convicto en llegar a la Casa Blanca.
«Este tribunal ha determinado que la única sentencia legal
que permite la entrada de una sentencia condenatoria. No se invadirá el cargo
más alto de la tierra, es un descargo incondicional», dijo el juez del Tribunal
de Distrito de Manhattan Juan Merchan en una audiencia a la que Trump asistió
virtualmente.
Esta condena poco usual mantiene la culpabilidad pero no
implica condena a cárcel, multa o libertad condicional.
El republicano de 78 años regresará a la Casa Blanca el 20
de enero. Fue declarado culpable en mayo pasado por un jurado popular de 34
cargos de falsificación contable para esconder el pago de 130.000 dólares en la
recta final de las elecciones de 2016 a la exactriz de cine porno Stormy
Daniels. Al parecer, habría mantenido una fugaz relación extramatrimonial con
la mujer 10 años antes, haciéndolo pasar como gastos legales.
El presidente electo tildó el proceso penal de «vergüenza
para el sistema» judicial.
Donald Trump y su manchada reputación
El juicio se hizo «para dañar mi reputación para que
perdiera las elecciones y obviamente eso no funcionó». Así lo dijo el magnate
por videoconferencia desde Florida junto a uno de sus abogados.
Trump sufrió el jueves por la noche un último revés después
de que la conservadora Corte Suprema rechazó por estrecho margen —cinco votos
frente a cuatro— un recurso de urgencia para impedir in extremis el anuncio de
la sentencia. Es el único de los cuatro frentes judiciales que tenía abiertos
que lo ha sentado en el banquillo.
Los abogados de Trump han tratado por todos los medios
legales de que el futuro 47º presidente de Estados Unidos no fuera sentenciado.
La defensa alegaba que la inmunidad judicial concedida a un presidente en
ejercicio debería extenderse a un presidente electo. De esta manera, se
evitaría «una grave injusticia y daño a la institución de la presidencia y las
operaciones del gobierno federal».
El fiscal del caso Joshua Steinglass recordó en la audiencia
que el veredicto del jurado fue «unánime y decisivo y debe ser respetado» y
acusó al ex y futuro presidente de «participar en una campaña coordinada para
socavar» el proceso que ha causado un daño duradero a la percepción pública del
sistema de justicia penal».
La revelación de una conversación telefónica de Trump en los
últimos días con el magistrado conservador del tribunal supremo Samuel Alito
había suscitado los temores sobre su supuesta influencia sobre la máxima
autoridad judicial del país. Seis de los nueves jueces son conservadores, la
mitad nombrados por el propio expresidente.
Nada es oficial
El fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, recordó que cuando Donald Trump fue «acusado, juzgado y condenado por una conducta que él admite que es totalmente no oficial» era un ciudadano privado.
El jueves, la jueza de la Corte de Apelaciones del estado de
Nueva York, Jenny Rivera, denegó otro recurso de la defensa del magnate para
evitar la sentencia.
Dos días antes, otra jueza de una instancia menor de la
Corte de Apelaciones de Manhattan había rechazado otro recurso de la defensa de
Trump. Argumentaban que debería posponerse la sentencia mientras apelaba la
condena.
La sentencia de Trump había sido pospuesta en varias ocasiones desde julio, a raíz de la decisión de la Corte Suprema. En septiembre, Merchan la volvió a retrasar para evitar interferencias con la campaña presidencial.
Fuente:AFP