Algunos medios internacionales señalan que tanto Washington como Pekín intentan pisar fuerte para después negociar acciones más moderadas.
Las medidas
proteccionistas del gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump,
dirigidas especialmente a China, México y Canadá mediante aranceles, recibieron
este martes una respuesta de Pekín.
La Comisión de
Aranceles Aduaneros del gabinete de ministros del presidente Xi Jinping dispuso
que, a partir del lunes, China agregara nuevos gravámenes a algunos productos
estadounidenses que ingresan al país.
Se aplicará un
arancel de 15% a las importaciones de carbón y gas natural licuado, mientras
que el petróleo crudo, la maquinaria agrícola, las camionetas y los autos de
gran cilindrada tendrán un arancel de 10%, informó la agencia de noticias china
Xinhua. Estos se agregan a las tasas arancelarias que ya estaban en vigor para
esos productos.
El gobierno chino
anunció esta medida días después de que el 1° de febrero el gobierno de Trump
diera a conocer que se aplicará un arancel adicional de 10% a los bienes
importados de China. Esta respuesta de Pekín no fue la única. El gobierno
chino, además, presentó una queja ante el mecanismo de solución de disputas de
la Organización Mundial del Comercio (OMC) contra la decisión de Washington,
que afecta sus productos.
Un vocero de la
cartera citado por Xinhua dijo que esa denuncia busca salvaguardar los derechos
e intereses legítimos de China ante los aranceles estadounidenses que, según
Pekín, violan las normas de la OMC.
En un comunicado,
el gobierno chino afirmó que la medida de Washington es un ejemplo de
unilateralismo que “socava el sistema de comercio multilateral y la cooperación
económica y comercial” entre los dos países. “China se opone firmemente a las
acciones de Estados Unidos y urge a la parte estadounidense a corregir de
inmediato sus errores”, afirmó.
La respuesta de
Pekín incluye también el anuncio de que se aplicarán nuevos controles a las
exportaciones de minerales clave, como el tungsteno, el telurio, el bismuto y
el molibdeno. Así lo dispuso el Ministerio de Comercio con el argumento de
“salvaguardar la seguridad y los intereses nacionales”.
Por otra parte,
sumó a las empresas Pvh Group e Illumina Inc a una lista de “entidades no
confiables” por “violar los principios del mercado e interrumpir las
transacciones normales con empresas chinas, adoptar medidas discriminatorias
contra empresas chinas y dañar gravemente los derechos e intereses legítimos”
de estas compañías locales.
Además, Pekín
inició una investigación contra Google por supuesta violación de la normativa
antimonopolio del país, según anunció la Administración Estatal de Regulación
del Mercado de China. De acuerdo con la agencia Efe, esa medida es sobre todo
simbólica, dado que el buscador está censurado en el país. De todos modos,
Google tiene presencia mediante acuerdos y colaboraciones.
El presidente estadounidense había afirmado que los aranceles a los productos chinos se podrían llegar a pausar a partir de un diálogo con las autoridades de Pekín, que podría mantenerse en los próximos días. Pero eso no convenció al gobierno chino de esperar y decidió tomar medidas recíprocas en lo que considera una política de defensa de sus intereses.
Algunos medios
internacionales señalan que tanto Washington como Pekín intentan pisar fuerte
para después negociar acciones más moderadas.
Aunque Trump no
cerró la posibilidad de negociar con el gobierno de Xi, por ahora los aranceles
a los productos chinos se aplican, a diferencia de los anunciados para México y
Canadá, que fueron postergados por un mes. Washington tomó esa decisión después
de que el gobierno de Trump mantuviera “conversaciones” con la presidenta
mexicana, Claudia Sheinbaum, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
Los dos
gobernantes vecinos de Estados Unidos se comprometieron a reforzar la
vigilancia fronteriza con 10.000 militares, en respuesta a los reclamos de
Trump, que afirma que desde esos países llegan al suyo drogas e inmigrantes sin
papeles.
Además, Trudeau
se manifestó dispuesto a declarar a los cárteles de la droga como grupos
terroristas, en sintonía con la posición del gobierno de Trump. La medida fue
criticada este martes por Sheinbaum con el argumento de que “no ayuda a la
colaboración y al combate” al narcotráfico. “Hay muchas otras formas de
colaboración, de coordinación en el marco de nuestras soberanías que podemos
utilizar para ayudar en la crisis de fentanilo que tienen en Estados Unidos”,
dijo.
La mandataria
mexicana también cuestionó a las empresas estadounidenses que proveen de armas
a los grupos criminales en México. Dijo que “no quiere decir que sea el
gobierno de Estados Unidos ni mucho menos”, pero sí que entran armas en forma
ilegal a México desde el país vecino.
Fuente:ladiaria.com