La policía fronteriza señaló que el naufragio se registró debido a los fuertes oleajes por las malas condiciones meteorológicas en Guna Yala
Una embarcación
con 19 migrantes a bordo, parte de un “flujo inverso” de migrantes que alguna
vez esperaban llegar a los Estados Unidos, naufragó frente a la costa del
Caribe de Panamá, cobrando la vida de una niña venezolana de ocho años, informaron
las autoridades el sábado.
Los otros 18
migrantes, entre ellos colombianos y venezolanos, y dos indígenas panameños que
operaban la embarcación, fueron rescatados con vida, indicó en un comunicado el
Servicio Nacional de Fronteras o policía fronteriza de Panamá.
El percance,
registrado la noche del viernes, se produce mientras grupos de migrantes de
esas nacionalidades están emprendiendo su regreso a casa vía marítima, desde el
lado costero panameño, después de abandonar su objetivo de ingresar a Estados
Unidos debido al endurecimiento de la política migratoria con la llegada al
poder de Donald Trump.
Muchos de esos
migrantes esperaron meses, a veces más de un año, para solicitar asilo formal
en Estados Unidos utilizando la aplicación CBP One de la era de Joe Biden. Esas
esperanzas se desvanecieron cuando Trump asumió el cargo y cerró inmediatamente
la aplicación.
Si bien Panamá no
ha compartido cifras sobre cuántos migrantes están haciendo el “flujo inverso”
diariamente, en la vecina Costa Rica, un funcionario dijo a The Associated
Press el jueves que estaban viendo entre 50 y 75 nuevos migrantes viajando
hacia el sur cada día.
Con pocos
recursos o formas de regresar a sus países, muchos migrantes sudamericanos han
comenzado a hacerlo vía marítima y no a través de la peligrosa jungla del
Darién, que cientos de miles de migrantes utilizaron en los últimos años para
desplazarse hacia el norte pagando a redes de tráfico de personas.
La policía
fronteriza señaló que el naufragio se registró debido a los fuertes oleajes por
las malas condiciones meteorológicas en Guna Yala, un archipiélago con cientos
de pequeñas islas en el Caribe, desde donde pequeñas embarcaciones con motor
fuera de borda realizan viajes hasta comunidades costeras próximas de Colombia.
Otras dos embarcaciones suspendieron el viaje el viernes debido a las malas condiciones
del tiempo, agregó.
Mientras tanto, decenas
de otros migrantes se trasladaban el sábado en transporte hasta Guna Yala con
el objetivo de emprender su retorno por mar.
Uno de ellos era
Rafael Urquiola, de 36 años y oriundo del estado venezolano de Barinas. Él
cruzó con amigos la selvática ruta del Darién durante la segunda semana de
diciembre y logró llegar hasta Tapachula, en el estado mexicano de Chiapas, en
la frontera con Guatemala.
Contactado vía
telefónica desde Ciudad de Panamá, el venezolano aseguró que desconocía cuánto
le cobrarían por el viaje y a dónde lo llevarían. Señaló que había gastado
hasta el momento unos 2.000 dólares desde que salió de su país.
“Qué va a hacer
uno. Lo que quiero es llegar a la casa. Más nada”, dijo Urquiola, quien asegura
que dejó a su esposa y dos hijos pequeños en su natal Venezuela. “Siento una
gran frustración”.
Fuente: Lancaster
Online