El presidente de
Panamá, José Raúl Mulino, anunció este jueves 13 de marzo el cierre paulatino
de los centros migratorios que han funcionado desde 2016 en la provincia del
Darién, donde atendieron a cientos de miles de indocumentados, debido a la
caída en hasta 98% del flujo hacia el norte del continente.
«No permitiremos
más migrantes en esa zona del Darién y cerramos una operación que comenzó en el
año 2016 (…) me da mucha complacencia haber cumplido y haber cerrado el Darién,
con lo que eso significa para la seguridad regional y panameña», declaró Mulino
durante su conferencia de prensa semanal.
Se trata, explicó
el jefe de Estado, de los centros de Bajo Chiquito y Canaan Membrillo, donde
las autoridades panameñas junto con cerca de una veintena de entes de Naciones
Unidas y ONG atendían a los migrantes apenas salían de la peligrosa selva del
Darién, la frontera natural con Colombia y que también da nombre a la provincia
panameña.
En las estaciones
los migrantes recibían alimentación y servicios médicos, y se les tomaban datos
biométricos. Las autoridades panameñas han cifrado en más de 50 millones de
dólares el costo de esa operación «humanitaria».
«Hace un año
teníamos 36.841 migrantes cruzando por Darién, hoy marzo llegamos a 112. Una
disminución importantísima, que representa de entre 97-98% de éxito por parte
de las autoridades de Migración y el Servicio Nacional de Fronteras
(Senafront), detalló Mulino.
La operación
migratoria en el Darién comenzó en 2016, durante la primera crisis debido al
paso ese año de 30.055 cubanos con rumbo a Estados Unidos, según el Servicio Nacional
de Migración de Panamá.
Las cifras
estallaron a partir de 2021 con 133.726 migrantes irregulares llegando a la
provincia selvática panameña, 248.284 en 2022 y 520.000 en 2023.
En 2024 el flujo
cayó 300.000 migrantes, lo que se atribuyó al cierre de caminos en la selva por
parte del Gobierno de Mulino y al temor por el endurecimiento de la política
migratoria de EEUU si vencía Donald Trump en las elecciones, como finalmente
ocurrió.
Panamá cierra los
centros de atención en el Darién por caída de 98% de migrantes
La crisis
migratoria por el Darién de los últimos años la protagonizaron los venezolanos,
que representaron más de 85% del flujo a través de la selva.
Las deportaciones
masivas del nuevo gobierno de Trump están haciendo que los migrantes desistan
de entrar a Estados Unidos. Muchos están volviendo desde México, donde habían
permanecido meses intentando obtener una vía legal de ingreso a territorio
estadounidense.
«El otro flujo, que viene del norte, comienza a subir. 961 personas, 94% venezolanos, ha comenzado a bajar del norte», dijo Mulino este jueves refiriéndose, aparentemente, a cifras correspondientes a lo que va de marzo.
El pasado 7 de
marzo, el ministro de Seguridad Pública, Frank Ábrego, dijo que hasta ese día y
desde el 1 de enero habían ingresado a Panamá desde Costa Rica por pasos
regulares unos 3.100 migrantes con dirección hacia el sur. Pero las autoridades
creen que pueden muchos más, pues también están entrando por puntos ciegos de
la frontera.
Fuente:EFE